Los or铆genes del Tarot

Los or铆genes del Tarot






Aun cuando Court de Gebelin, Eliphas Levi y sus seguidores pretenden que el Tarot es el libro sagrado de Thot -el Hermes egipcio- y contiene toda la tradici贸n oculta de la humanidad, debemos reconocer que su antig眉edad no puede remontarse m谩s all谩 del siglo XII, del mismo modo que tampoco es cierto que fueran los gitanos quienes lo introdujeran en Europa desde  Egipto; y ello por los siguientes motivos:

1. Si los gitanos insinuaron un origen egipcio y hablaron de su patria como del «peque帽o Egipto», lo hicieron para lograr salvoconductos de los soberanos europeos, pero actualmente est谩 demostrado que proceden de una amplia zona que abarca
las orillas del mar Caspio y rodo el este y noroeste del mismo, si bien es cierto que en sus primeras migraciones anteriores al siglo I llegaron hasta la India, Turqu铆a y Egipto.

2. Su primera aparici贸n en Europa tuvo lugar en la desembocadura del Elba en 1417, y a pesar de darse cuenta de inmediato del valor adivinatorio que encerraba el Tarot (ya se habla de ellos y de sus talentos cartom谩nticos en un documento de 1422) en dicho a帽o de 1417 las cartas -y por lo tanto el Tarot- ya eran conocidas en Italia y posiblemente en Espa帽a, como veremos m谩s adelante. Tambi茅n se ha especulado sobre un origen lejano del Tarot, ya sea en China, de la India o de los 谩rabes, pero tambi茅n estamos
en condiciones de poder demostrar que ninguno de estos or铆genes puede ser verdadero, como veremos al analizarlos uno a uno.



ORIGEN CHINO
En un diccionario chino publicado en 1678, el Ching-tsze-tung, se cuenta que hacia el a帽o 1120 un oficial propuso al emperador Huei-Song un juego de su invenci贸n consistente en treinta y dos tabletas de marfil divididas en tres series de nueve piezas cada una y otras tres piezas fuera de serie; el n煤mero de treinta y dos es debido a que dos de dichas piezas son dobles. Algunas de estas tabletas estaban relacionadas con el Cielo, otras con la Tierra y el resto con el hombre o con nociones abstractas, como la muerte por ejemplo. Posteriormente estas tabletas de marfil tambi茅n se fabricaron en hueso y en papel, y a pesar de que algunos consideraron que se trataba de un juego similar al domin贸, la palabra phai con que se las designa significa «carta».
No obstante, estos juegos de cartas chinos son tan distintos de los nuestros, tanto por su aspecto como por su contenido y reglas de juego, que cabe decir de ellos lo mismo que de la p贸lvora y del papel: incluso si fueron los primeros en usarlas no por ello fueron conocidas y copiadas por los europeos. Y tambi茅n debemos a帽adir que las m谩s antiguas cartas chinas conocidas son de principios del siglo XV, y diga lo ru茅 diga el diccionario chino no existe ning煤n documento de la 茅poca que confirme la antig眉edad que se intenta atribuirles.
Pero si haciendo volar la imaginaci贸n queremos hallar una correcci贸n entre nuestras cartas y las chinas,


¿por qu茅 no creer que Marco Polo o alguno de sus marineros hubiese llevado consigo un mazo del Tarot, del cual hubiera partido la idea del oficial chino? No olvidemos que los viajes de Marco Polo tuvieron lugar entre los a帽os 1260 y 1295, y por aquellas fechas es
muy posible -por no decir segura- la existencia del Tarot en Italia; adem谩s, Marco Polo parti贸 de Venecia, y los m谩s  antiguos Tarots que se conocen son los Tarocchi venecianos.
Y si a pesar de todo insisti茅ramos en buscar una idea que hubiera podido inspirar la creaci贸n del Tarot (pero no de las cartas de juego) -:r :sr. lejano pa铆s, deber铆amos inclinarnos por el I Ching y su intento de concentrar en unas pocas im谩genes una inmensa sabidur铆a. Pero debemos ser m谩s realistas y no olvidar que la idea de guardar nuestros conocimientos para la posteridad, y a ser posible en la forma mas concentrada y universal, es decir, a trav茅s de s铆mbolos, es algo in-herente a toda la humanidad y en todos los tiempos, desde las escenas de. caza de las cuevas de Altamira hasta la tableta lanzada al Cosmos doma NASA para hacer saber a los posibles moradores de otros mundos la existencia del hombre y el punto concreto del espacio en que nos hallamos.
Es por ello, y a que en el fondo la mentalidad humana es id茅ntica a trav茅s del tiempo y del espacio, que las mismas o similares ideas pueden florecer simult谩neamente -o casi- en lugares totalmente independientes los unos de los otros.




ORIGEN HIND脷     

Cnatto afirma que la baraja proviene del antiguo juego de ajedrez los cuatro reyes, el Chaturaji, del que se deriv贸 un juego de cartas que consta de diez series representando a los diez avatares de Vishn煤 v conteniendo doce cartas cada serie:
dos figuras, el rey y el visir, y diez cartas de puntos numeradas del uno al diez. Todas estas cartas ser. redondas, lacadas y muy pesadas, y se requiere una portentosa
imaginaci贸n para reconocer en ellas el juego del ajedrez. Abundando en lo mismo, Boiteau d'Ambly afirma que las cartas proceden de la India, desde donde nos fueron aportadas por pueblos n贸madas que luego se denominaron gitanos o z铆ngaros y
fueron expulsados de dicho pa铆s por los musulmanes. Sobre dicha afirmaci贸n s贸lo tenemos que remitirnos al inicio de este cap铆tulo cuando citamos a los gitanos.
Por otra parte -y como muy bien dice Merl铆n- fueron los hind煤es quienes copiaron o adaptaron las cartas europeas, pues cuando los primeros navegantes portugueses desembarcaron en las costas de la India ya hac铆a un siglo que en Europa se conoc铆a el
Tarot y se jugaba a las cartas, y todas las cartas hind煤es conocidas son posteriores a dicha 茅poca.















ORIGEN 脕RABE

Bussi, en su Historia de Viterbo, afirma que seg煤n Covelluzzo «en 1379 los juegos de cartas fueron introducidos en Viterbo  procedentes del pa铆s de los sarracenos, donde reciben el nombre de nayb».Nayb es una palabra indost谩nica que significa virrey o gobernador, y su similitud con la palabra «naipe» ha dado origen a que dicha hip贸tesis fuera recogida por otros autores. Sin embargo, Covelluzzo hablaba en pasado, pues vivi贸 en el siglo XV, es decir, un siglo despu茅s de 1379, y adem谩s, en dicha fecha el Tarot ya era conocido en Europa, como veremos m谩s adelante.
Pero ¿es 茅ste el origen de la palabra «naipe»? Y ¿por qu茅 no puede serlo el hebreo nabi (profec铆a) o el holand茅s knaeps (papel)?
Por otra parte, no debemos olvidar que en el Cor谩n se prohibe la representaci贸n de la figura humana, y si bien los musulmanes de la India a veces olvidaron este precepto, los 谩rabes lo observaron rigurosamente hasta fechas muy recientes, por lo cual no podemos aceptar que fueran ellos quienes crearan el Tarot o que actuaran de intermediarios en su propagaci贸n; y en caso de que hubiera sido as铆, ¿c贸mo es que no nos ha llegado ninguna furibunda catilinaria contra los autores de semejante herej铆a, como ser铆a lo m谩s l贸gico?


LAS CARTICELLAS

La primera referencia escrita que se refiere al Tarot con toda seguridad se remonta a 1227 y nos dice que «los ni帽os italianos son instruidos en el conocimiento de las virtudes mediante unas l谩minas que denominan carticellas».Una muestra de estas carticellas, cuya descripci贸n nos recuerda de inmediato a los cromos infantiles que todav铆a hoy colaboran en la educaci贸n de los ni帽os, podr铆a serlo el llamado Tarot de Mantegna o Cartas de Baldini, que en realidad no fue creado ni por Mantegna ni por Baldini, sino por Francesco del Cossa, y fue grabado en Ferrara en la segunda mitad del
siglo XV.


EL TAROT DE MANTEGNA

De dicho Tarot se conocen dos tipos, el primero de los cuales -considerado como el original- fue grabado en 1460, y el segundo -la pretendida copia- en 1488, siendo mucho m谩s bello que el original. Probas variantes se componen de cincuenta cartas de 10 x 18 cm, divididas en cinco series de diez cartas cada una.











Entre estas cincuenta l谩minas podemos reconocer algunas de las figuras del Tarot, como El Emperador, El Papa, El Enamorado, El Carro, La Justicia. El Ermita帽o, La Fuerza, La Templanza, La Luna, El SoL El Loco. La Sota de Espadas, La Sota de Copas y El
Rey de Bastos y si bien existen algunas diferencias en los dibujos, tambi茅n existen similitudes muy significativas. As铆 ocurre por ejemplo entre El Loco y Misero, ambos con un perro mordi茅ndoles la pierna: La Justicia, con la espada y la balanza: La templanza trasvasando agua de una jarra a otra (o ech谩ndole agua al vino) : La Fuerza, que tanto se representa mediante una mujer dominando a un le贸n como rompiendo una columna...De todo ello podemos deducir que tanto las l谩minas del Tarot de Marsella
Como las del de Mantegna poseen un origen com煤n que muy bien podria cifrarse en las carticelias de que nos habla la  cita de 1227.  Por parte, en una fecha que ignoramos se a帽adieron los arcanos menores cara componer la baraja de juego (a menos que ya se crearan  unas carticelias con baraja incluida), mientras que por otra se siguieron creando  y copiando colecciones de carticelias. De todas ellas las laminas de Mantegna ser铆an las m谩s antiguas que se han conservado nadie puede creer que sirvieran para jugar, y, si bien  resultan algo pedantes al enumerar (es decir, ordenar rigurosamente de inferior a
Superior)  los conceptos que contienen, del mendigo al Papa por ejemplo, no puede negarse que su finalidad es claramente pedag贸gica.



LA EVOLUCION DEL TAROT

El verdadero problema que se nos presenta cuando intentamos situar en el tiempo la aparici贸n del Tarot y su posible evoluci贸n, consiste en la escasez de ejemplares, muchas veces l谩minas sueltas que no llegan a formar un juego; y cuando se recupera uno completo (o casi) es muy dif铆cil saber con certeza si se trata de un original o una copia, o si no es el que se cre铆a, como sucedi贸 con el Tarot llamado de Carlos VI.
Y es que las l谩minas del Tarot deb铆an pintarse sobre delgadas l谩minas de marfil, hueso, pergamino y, posteriormente, papel, soportes delicados y de dif铆cil conservaci贸n. Si a esto a帽adimos que pintarlas a mano las encarec铆a notablemente, se comprender谩 que fuesen tan pocas las colecciones que llegaron a realizarse y que s贸lo los verdaderos potentados pudiesen permitirse el lujo de encargarlas.
Luego, a finales del siglo XIII y principios del XIV, la fabricaci贸n del papel alcanz贸 cierto desarrollo, y posteriormente, con la invenci贸n del grabado pudo popularizarse la fabricaci贸n de barajas, pero la calidad resultante disminuy贸 notablemente y las colecciones verdaderamente art铆sticas siguieron pint谩ndose a mano.











PRIMERAS MENCIONES DIRECTAS

Pero sigamos con el orden hist贸rico; la primera menci贸n directa sobre la baraja es de 1299 y figura en un manuscrito escrito en Siena por Pipozzo di Sandro titulado Trattato del governo della familia, en el que se menciona la existencia de los naibis, que es el primer nombre con el que se conocen las cartas de juego.
M谩s adelante, en 1332, Alfonso XI de Castilla recomienda a sus caballeros que se abstengan de jugar a los naipes, y tambi茅n a partir de 1310 proliferan en Alemania las prohibiciones contra dicho juego, siendo una de las m谩s interesantes la del padre
Johannes (de 1377) que adem谩s cita seis tipos distintos de barajas, entre las cuales existe una de setenta y ocho cartas que s贸lo puede tratarse de un Tarot.
A partir de aqu铆 se multiplican las menciones y prohibiciones por toda la cristiandad, y de todas ellas nos limitaremos a mencionar tres a causa de su importancia.
La primera es la del notario de Marsella Laurent Aycardi, de 30 de agosto de 1381, que al hacer el inventario de los bienes legados por uno de sus clientes, cita entre joyas y muebles valiosos un juego de naipes. lo que nos da una idea de lo apreciadas que llegaban a ser las coacciones iluminadas a mano.
La segunda y m谩s famosa es de 1392, y pertenece al Registro de os Cuentas Reales de Carlos VI de Francia, en el que el tesorero anota de pu帽o y letra: «P谩guense cincuenta y seis sueldos parisienses a Jacquemin Gringonneur, pintor, por tres juegos de naipes en oro y diversos colores y divisas, hechos para el esparcimiento del dicho Se帽or Rey-, Esta menci贸n es la que dio origen a la hip贸tesis de que Grinronneur era el inventor de la baraja; lo que si bien es falso al menos corrobora una vez m谩s el alto precio que alcanzaban las barajas pintadas a mano. La tercera referencia es de 1393 y pertenece al moralista y educador G. B. Morelli, que recomienda las l谩minas de los naibis como obstructivas y provechosas para la educaci贸n de los ni帽os, lo que confirma nuestra presunci贸n sobre la identidad de origen entre Tarots y carticellas.
Tambi茅n es indudable la mayor antig眉edad del Tarot sobre la baraja de juego, pues hasta finales del siglo XVI no empiezan a coexistir ambos tipos de barajas (o al menos las menciones sobre las mismas) y os innegable que con la eliminaci贸n de los arcanos mayores y la reduccion progresiva de su tama帽o, la baraja com煤n no tard贸 en eliminar casi por completo al Tarot como juego popular. Lo contrario ir铆a contra toda l贸gica, pues no tiene el menor sentido complicar un juego sencillo con la inclusi贸n de veintid贸s cartas in煤tiles.
Lo que de momento resulta imposible averiguar con certeza es c贸mo se ide贸 el Tarot y en qu茅 otros juegos se inspirar铆a  (dejando de momento de lado su posible, aunque no probable, identidad con la cabala). De entrada debemos eliminar las hip贸tesis sobre un origen oriental, 谩rabe o egipcio, como ya hemos demostrado, por lo cual debemos recortarnos a aquellos otros juegos que ya exist铆an en los pa铆ses mediterr谩neos en el siglo XIII, y es sobradamente conocido que los dados ya eran,  practicados por griegos y romanos, y que estos 煤ltimos practicaban un juego de competici贸n, el de los soldados (al que llamaban ludum latrunculorum), que en cierto modo se parec铆a a nuestro juego re damas, pues se trataba de encerrar al contrincante de manera que no le quedase espacio para moverse (lo que se llamaba ad incitos redigere). y en parte al ajedrez, pues algunas de sus piezas se mov铆an romo nuestros peones {calculi ordinarii), mientras que otras pod铆an - evocar en distintas direcciones e incluso saltar {calculi vagi). Por 煤ltimo cabe recordar que el ajedrez fue introducido en Europa no mucho roas tarde del siglo VI o VII.
Que en la idea de combinar un juego de puro azar y con puntos numerales como los dados, con otro de c谩lculo y competici贸n,  como el juego de  los soldados, pudiera hallarse el germen que inspir贸 la baraja quiz谩s sea una hip贸tesis m谩s que a帽adir a las ya
existentes, pero con muchos m谩s visos de verosimilitud. Lo que ya resulta m谩s dif铆cil de explicar es la inclusi贸n de los arcanos mayores, que adem谩s de ser in煤tiles para el juego lo complican extraordinariamente. Pero para ello deberemos situarnos en el esp铆ritu de la 茅poca.




LA INQUISICI脫N EN EL ORIGEN DEL TAROT

En sus inicios la Iglesia fue como una comunidad de socorros mutuos constituida por gentes humildes: artesanos pobres, viudas, hu茅rfanos, esclavos, etc., formando asambleas de fieles con objeto de prestarse mutuo auxilio, rezar y propagar la
nueva fe. Pero al negarse a reconocer el culto al emperador -base y fundamento del Imperio romano- y dado que sus principios religiosos implicaban una revuelta contra el sistema social existente, fueron considerados enemigos p煤blicos, y como tales,
perseguidos, torturados y masacrados implacablemente. Pero a partir del siglo IV, triunfante la Iglesia y reconocidos por Teodosio los decretos del Concilio de Nicea, 茅sta se convirti贸 en una especie de rep煤blica religiosa gobernada por los obispos y metropolitanos, y poco a poco se transform贸 en un verdadero imperio soterrado que tras m煤ltiples vicisitudes alcanz贸 su m谩ximo poder con el desmembramiento del Imperio
carolingio, y a partir del siglo xi inicia una lucha a muerte primero contra los «paganos», es decir, contra todos aquellos que se resistieron a aceptar la religi贸n triunfante y someterse al yugo del papado, y luego contra las herej铆as, tanto las
que consist铆an en desviaciones de la fe, como en rebeld铆as ante la relajaci贸n de la Iglesia y su desv铆o de la finalidad espiritual para convertirse en un poder material absoluto.
Podr铆amos decir que la Iglesia medieval se toma la revancha de las persecuciones sufridas y se va haciendo mucho m谩s implacable, brutal y sanguinaria que sus antiguos perseguidores, hasta culminar en la creaci贸n de la «Santa» Inquisici贸n, que iniciada por Inocencio III en 1198 para combatir a los albigenses, cobr贸 rango oficial a partir de 1229 en el Concilio de Tolosa. Si nos fijamos bien en las fechas citadas, nos daremos cuenta de que ya nos hallamos situados en el tiempo en que debi贸 de nacer el Tarot. Por lo tanto, es casi seguro que para preservar de la implacable persecuci贸n de la Iglesia las verdades y conocimientos -que por dicho motivo empezaron a ser «ocultos»-, y poder transmitirlos, era necesario utilizar todos los medios imaginables, desde grabados e im谩genes en las piedras de las catedrales, a la inclusi贸n de unas carticellas  especiales entre las l谩minas de un juego creado seguramente por el mismo hereje o comunidad de herejes. Y es que cuando el pensamiento no puede expresarse libremente a trav茅s de la palabra y la escritura, se ve forzado a esconderse en s铆mbolos e im谩genes que s贸lo revelan su mensaje a quienes saben profundizar m谩s all谩 de su inocente apariencia.








EL TAROT DE CARLOS VI

En la Biblioteca Nacional de Par铆s se conserva un juego de diecisiete l谩minas de un tama帽o de 19 x 10 cm legado a Luis XVI  por Roger de Gaigni茅res en 1711, que durante mucho tiempo se crey贸 que formaba parte del Tarot pintado por Gringonneur en
1392, pero procedente en realidad del norte de Italia, seguramente de Venecia, y pintado a finales del siglo XV. Dichas l谩minas carecen de leyendas y la numeraci贸n que figura en algunas de ellas es posterior, pero no existe la menor duda de que formaban parte de un Tarot. Todas ellas est谩n pintadas a mano sobre pergamino por un excelente artista, y si bien presentan algunas diferencias con el modelo que consideramos cl谩sico, 茅stas parecen ser debidas al deseo del artista de mejorar su calidad pict贸rica, por cierto muy elevada. Estas cartas son: El Emperador, El Papa, El Enamorado, El Carro, La Justicia, El Ermita帽o, La Fuerza, El Ahorcado, La Muerte, La Templanza, La Torre, La Luna, El Sol, El Juicio, El Mundo, El Loco y el Valet o Sota de Espadas.
Como vemos, y a pesar de lo que se cre铆a, el Tarot de Carlos VI no es el m谩s antiguo que se conoce, pero a pesar de todo sigue siendo el m谩s famoso y por ello lo mencionamos en primer lugar. Anteriores al mismo son varios juegos, todos ellos procedentes del norte de Italia, especialmente de Mil谩n, Bolonia, Ferrara, Venecia y Florencia.

EL TAROCHINO DE BOLONIA

Es un juego reducido a sesenta y dos l谩minas por la supresi贸n de los doses, treses, cuatros y cincos de los arcanos menores, y se cree que fue creado por Francesco Fibbia, pr铆ncipe de Pisa, mientras se hallaba exilado en Bolonia, donde falleci贸 en 1419.
Los arcanos mayores no llevan ninguna leyenda y El Papa, La Papisa y El Emperador han sido substituidos por figuras de moros, seguramente porque la copia que nos ha llegado fue realizada despu茅s de la anexi贸n de Bolonia al Estado Pontificio en
1513, o quiz谩s por haberse creado dicho Tarochino con posterioridad a esa fecha y no por Fibbia, como se afirma.



EL TAROT DE VISCONTI-SFORZA

Las nobles familias Visconti y Sforza de Mil谩n nos han legado un juego, llamado por dicho motivo de Visconti-Sforza, que seguramente es el m谩s antiguo de los que se conservan en buenas condiciones y pr谩cticamente completo.
Se supone que fue pintado entre 1432, a帽o en que tuvo lugar el matrimonio de Francesco Sforza con Bianca Maria Visconti que uni贸 a ambas familias, y 1466, en que muri贸 el duque de Sforza. De las sesenta y ocho cartas que lo componen, la Pierpont
Morgan Library de Nueva York adquiri贸 treinta y cinco en 1911, la Academia Carrara de B茅rgamo posee veintis茅is, y la familia Colleone, tambi茅n de B茅rgamo, otras trece, mientras que las cuatro restantes se han perdido.






LA EVOLUCI脫N DEL TAROT

La mayor铆a de las figuras corresponden al tipo cl谩sico, pero otras presentan variaciones m谩s o menos importantes. As铆 por ejemplo, en El Carro aparece una mujer en lugar de un hombre; La Templanza se ve substituida por la Esperanza; e incluso
existe una carta, La Caridad, que no se corresponde con ninguna del Tarot.
Algunos autores creen ver en estas diferencias una influencia de las Minchiate florentinas de las que hablaremos a continuaci贸n; pero en nuestra opini贸n lo m谩ximo que podemos deducir es que se trata de una prueba m谩s del origen com煤n de todos los Tarots a partir de las carticellas.

LA MINCHIATE FLORENTINA

A principios del siglo XV aparece en Florencia un Tarot ampliado, ya mencionado en 1543 por Aretino con el nombre de germini, que alcanz贸 gran 茅xito en toda Italia e incluso se export贸 a algunas localidades de Alemania y Francia.De las setenta y ocho cartas ya conocidas se suprimi贸 El Papa, pero se a帽adieron las tres virtudes teologales, una virtud cardinal, La Prudencia, los cuatro elementos y los doce signos del zod铆aco, o sea, veinte cartas nuevas, con lo cual su n煤mero se eleva a noventa y siete: cincuenta y seis arcanos menores y cuarenta y uno mayores. De estos 煤ltimos, los treinta
y cinco primeros, llamados Papi, carecen de t铆tulo y se hallan ordenados con n煤meros romanos; los cinco siguientes, llamados Arie, carecen de t铆tulo y numeraci贸n, y se finaliza la serie con El Loco, tambi茅n sin numerar ni definir.
Su lista es la siguiente:

  1. El Mago
  2. El Gran Duque
  3. El Emperador de Occidente
  4. El Emperador de Oriente
  5. El Enamorado
  6. La Templanza
  7. La Fuerza
  8. La Justicia
  9. La Rueda de la Fortuna
  10. El Carro
  11. El Ermita帽o
  12. El Ahorcado
  13. La Muerte
  14. El Diablo
  15. La Torre
  16. La Esperanza
  17. La Prudencia
  18. La Fe
  19. La Caridad
  20. El Fuego
  21. El Agua
  22. La Tierra
  23. El Aire
  24. Libra
  25. Virgo
  26. Escorpi贸n
  27. Aries
  28. Capricornio
  29. Sagitario
  30. C谩ncer
  31. Piscis
  32. Acuario
  33. Leo
  34. Tauro
  35. G茅minis
  36. La Estrella
  37. La Luna
  38. El Sol
  39. El Mundo
  40. El Juicio Final
  41. El Loco

Por su parte, las figuras de los arcanos menores tambi茅n carecen de nombre y numeraci贸n, y lo m谩s curioso es que los Caballeros (o Caballos) se hallan representados por figuras mitad hombre y mitad caballo o monstruo.Esta baraja, cuyas dimensiones variaban seg煤n la versi贸n de que se tratara (50 x 100 mm o 60 x 93 mm), desapareci贸 del mercado en la segunda mitad del siglo XIX.

EL TAROCHINO DE MITELLI

Una continuaci贸n del Tarochino de Bolonia es la grabada por el bolones Giuseppe Maria Mitelli (1634-1718), con sesenta y dos l谩minas, pero con La Papisa convertida en un segundo Papa, con lo cual existen dos: uno sentado y otro de pie; El Emperador
y La Emperatriz son los Emperadores de Oriente y Occidente; El Ahorcado se substituye por un hombre golpeando a otro con un martillo; El Ermita帽o se convierte en una figura alada apoyada en unas muletas, El Sol en Apolo y La Luna en Diana. En los
arcanos menores tambi茅n han sido eliminados los doses, treses, cuatros y cincos.


LA TR脕POLA
Finalmente, y como una continuaci贸n de las simplificaciones iniciadas con los Tarochinos, aparece la Tr谩pola (conocida en Francia como Tr茅buchet); en realidad s贸lo es una baraja de juego con treinta y seis cartas por carecer de arcanos mayores;
las cartas numerales se reducen a las 1, 2, 7, 8, 9 y 10, y las figuras a Valet, Caballo y Rey.









EL TAROT DE MARSELLA

De lo expuesto hasta ahora podemos deducir que en los inicios del siglo XV exist铆an numerosas colecciones de l谩minas -o de barajas, si as铆 se prefiere- coincidentes en lo fundamental pero que difer铆an entre s铆 en detalles secundarios, en los cuales sus creadores a veces daban rienda suelta a su fantas铆a, con lo cual y 煤nicamente en lo accesorio o m谩s comprometido (como por ejemplo la figura de La Papisa) se apartaban del modelo preestablecido, cuyo origen debemos buscar en un inocente juego de diversi贸n que llevaba incluida una serie de carticellas de car谩cter esot茅rico.
A partir de dichas fechas, al mejorar y simplificarse los medios de producci贸n gracias a la invenci贸n del grabado, primero en madera y luego en metal, prolifera la creaci贸n de barajas que van separ谩ndose de su finalidad esot茅rica para centrarse en la de diversi贸n, lo que da origen a la creaci贸n simult谩nea de barajas sin arcanos mayores y de Tarots m谩s o menos complicados o simplificados.
Un hecho curioso es que a pesar del origen italiano del Tarot se impone r谩pidamente el modelo provenzal gracias a la  simplicidad de su dibujo y al acierto de los colores (o quiz谩s por ser el que mejor conserva su esp铆ritu tradicional) hasta el punto de ser exportado a la misma Italia. Es por ello que todos los modelos anteriores a 1760 poseen sus leyendas escritas en franc茅s, y s贸lo a partir de dicha fecha empiezan a traducirse al italiano y dem谩s idiomas nacionales. A esta costumbre de editar las leyendas en franc茅s se debe la existencia de una serie de divertidos errores de inscripci贸n a causa del desconocimiento de dicho idioma por quienes copiaban los Tarots. As铆 por ejemplo, un ejemplar manufacturado en Bruselas por Bodet a finales del siglo XVIII se titula Cartas de Taraut en lugar de Caries du Tarot; en un ejemplar impreso en 1783 en Mumliswil por Schaer aparece la leyenda «L Morux» en lugar de «L'Amoreux» (El Enamorado); en otro editado en Bruselas por Keusters, El Mago recibe el nombre de «Le Rateleur» (que en franc茅s significa el rastrillador) en lugar de «Le Bateleur»; y as铆 podr铆amos citar muchos otros ejemplos.De estos modelos provenzales aparecen numerosos fabricantes distribuidos por doquier: Alemania, Francia, Italia, B茅lgica...,
cuyos nombres sol铆an inscribir en el dos de Oros y sus iniciales en El Carro y el tres de Copas. Entre dichos modelos podemos destacar el grabado por Carlos Burdel en 1751, el de Francois Bourlion de 1760 y el de Nicol谩s Conver en 1761. En cuanto al Tarot de que se sirvi贸 Court de Gebelin, pertenece a la f谩brica de barajas de la viuda Toulon (Veuve Toulon) que existi贸 en Marsella de 1750 a 1755 . A partir de dichas fechas debemos centrar la historia del Tarot en la de quienes lo estudiaron y no en el propio Tarot, pues la inmensa variedad de barajas que florecen en los siglos XIXy XX se limitan a ser variaciones y m谩s variaciones sobre el mismo tema; distintas representaciones del valor «oculto» que cada autor quiere atribuirles; o meramente al deseo de editar el propio Tarot todo lo cual en lugar de in¬formar y aclarar, a lo que conduce es a confusi贸n sobre el verdadero sentido del Tarot.











LOS PIONEROS DEL TAROT





COURT DE GEBELIN
En febrero de 1719 nac铆a en Ginebra el hijo de un pastor protes¬tante franc茅s refugiado en Suiza. Se trataba de Antoine Court de Gebelin, que tras profesar Teolog铆a en la Academia de Lausana se traslada a Par铆s, donde llega a convertirse en portavoz de la comunidad protestante.Durante toda su vida fue Court de Gebelin un apasionado estudioso de la mitolog铆a y las religiones, especialmente desde el punto de vista ling眉铆stico, y es por ello que se convierte en un enamorado de la escritura jerogl铆fica egipcia, en cuyos s铆mbolos indescifrables cree adivinar se encierran las verdades y misterios de una suprema sabidur铆a.
Court de GebelinY como culminaci贸n a esta b煤squeda dedica los 煤ltimos a帽os de su
vida a recopilar sus conocimientos en una obra maestra, verdadero monumento de erudici贸n, que iniciada en 1768 llegar谩 a constar de nueve vol煤menes que ver谩n la luz de 1773 a 1782, con el t铆tulo gen茅rico de Le Monde primitif analys茅 et compar茅 avec le Monde mo-derne. En el tomo VIII, publicado en 1781, hallamos una disertaci贸n titulada «Del juego del Tarot», donde se trata de su origen, se interpretan sus alegor铆as y se demuestra que es el origen de las actuales cartas de juego, especialmente del practicado con dos jugadores.
En 茅l nos dice que sus triunfos (se refiere a los arcanos mayores) permiten la adivinaci贸n gracias al simbolismo de sus figuras y, m谩s adelante, cede la palabra a un supuesto C. de M..., quien desarrolla su aspecto adivinatorio fund谩ndose en el car谩cter egipcio del Tarot, al que llama el «Libro de Thot».
Pero dejemos la palabra al mismo Court de Gebelin, que en la p谩gina 365 de dicho tomo nos dice:
«Si oy茅semos decir que en nuestros d铆as todav铆a existe una obra de los antiguos egipcios, uno de los libros escapados a las llamas que devoraron sus soberbias bibliotecas y que contiene la m谩s pura doctrina sobre temas de gran inter茅s, todos se apresurar铆an para conocer un libro tan precioso, tan extraordinario. Si a帽adi茅ramos que este libro se halla muy difundido en gran parte de Europa y que desde hace siglos est谩 al alcance de todo el mundo, la sorpresa ir铆a en aumento. Y ¿no llegar铆a a su colmo si asegur谩semos que jam谩s se ha sospechado que fuese egipcio, que se lo posee como si no se lo poseyese, que nadie ha intentado descifrar una p谩gina, que el fruto de una sabidur铆a exquisita se contempla como un mont贸n de figuras extravagantes que nada significan? ¿No se creer铆a que son ganas de holgarse, de burlarse de la credulidad de sus oyentes?
»No obstante, todo esto es cierto. Este libro egipcio, 煤nico resto de una soberbia biblioteca, existe; adem谩s, es tan corriente que ning煤n sabio se ha molestado en ocuparse del mismo; nadie, antes de nosotros, ha sospechado tan noble origen. Este libro es EL JUEGO DEL TAROT...»






Seg煤n Court de Gebelin, en los primeros siglos del cristianismo los egipcios estuvieron muy ligados a Roma, que adopt贸 muchos de sus ritos, entre ellos el culto a Isis y el juego del Tarot, 铆ntimamente relacionado con el mismo. En los inicios, dicho juego qued贸 confinado en Italia hasta la fundaci贸n del Sacro Imperio romano y el traslado de la corte papal a Avi帽贸n, con lo cual el Tarot se difundi贸 al resto de Europa.
Como prueba adicional a sus palabras, Court de Gebelin afirma que TARO es la palabra egipcia con la que se defin铆a «el camino real de la vida»; es decir, era como una norma a la que deb铆an ajusfar sus vidas y sus obras.
Otra conclusi贸n es la de que el Tarot est谩 creado sobre el n煤mero siete, sagrado para los egipcios, pues los arcanos mayores son veintiuno (tres veces siete), ya que El Loco no est谩 numerado para no romper la cifra m谩gica; cada palo de los arcanos menores consta de catorce cartas (dos veces siete) y el n煤mero total de las mismas es de setenta y siete (once veces siete), pues El Loco no cuenta, al no estar numerado. Y por 煤ltimo, en realidad los z铆ngaros son egipcios que despu茅s de vagar por el mundo introdujeron el Tarot en Europa.
El hecho de que Court de Gebelin fuese mas贸n y, entre otras cosas, secretario de la logia de las Nueve Hermanas, miembro de los Philaletes y de la Orden de los Elegidos Coh茅n de Martines de Pas-cualy, y amigo personal de Louis-Claude de Saint-Martin, hizo que sus teor铆as tuvieran una gran difusi贸n entre el mundo ocultista y fueran retomadas por Etteilla, Eliphas Levi y Papus, y todav铆a hoy sigan siendo compartidas por bastantes practicantes del Tarot, a pesar de haberse demostrado repetidamente su falsedad.
En defensa de Court de Gebelin debemos aducir que si no fuera por 茅l quiz谩s todav铆a ignorar铆amos el valor de Tarot, y adem谩s, cuando expuso sus teor铆as todav铆a no se hab铆a descubierto la Piedra de la Roseta, que fue lo que permiti贸 a Champollion descifrar la escritura egipcia en 1822.
Y para terminar con Court de Gebelin, diremos que tambi茅n dise帽贸 su modelo ideal de Tarot, que s贸lo se aparta del cl谩sico en que El Ahorcado aparece de pie, en lugar de hallarse cabeza abajo suspendido por un pie. Court de Gebelin falleci贸 en Francoville, veinte kil贸metros al norte de Par铆s, el 12 de mayo de 1784.


ETTEILLA

No obstante, el verdadero impulsor de la adivinaci贸n por el Tarot (dejando de lado a los z铆ngaros, verdaderos creadores de la misma), es Alliette, un peluquero de Par铆s que se autodenomina profesor de 谩lgebra y que afirma haberse dedicado a la investigaci贸n de los secretos del Tarot desde 1753. Alliette, que invirti贸 su nombre para convertirse en Etteilla, pretende interpretar el Tarot seg煤n las ideas de Court de Gebelin, pero en realidad lo que hace es adaptar el Tarot a su particular modo de adivinaci贸n, para lo cual lo modifica eliminando algunos arcanos mayo¬res e introduciendo otros en su lugar; tambi茅n «moderniza» los dibujos y los colores a su gusto. En una palabra, poco es lo que queda del ver¬dadero Tarot en la versi贸n de Etteilla.De 1783 a 1785 publica sus trabajos en cuatro vol煤menes, el pri¬mero y el tercero aparecen en 1783, y el segundo y el cuarto en 1785. Este 煤ltimo, titulado Mani猫re de se recr茅er avec 铆e jeu de ca帽es nom-n茅es Tarots, se compone de 256 p谩ginas de dif铆cil lectura y aventuradas y fantasiosas teor铆as. Veamos un ejemplo:«Etteilla, conocedor desde 1757 de que el original est谩 basado en la ciencia de los n煤meros que practicaban los pueblos antiguos, ha cre铆do necesario interrumpir el silencio guardado hasta ahora, para seguir en la misma l铆nea y sentimiento del se帽or Court de Gebelin, quien dijo haber reconocido que el juego de cartas llamado Tarot hab铆a sido compuesto por los sabios egipcios, se llamaba el «libro de Thot» y encerraba la ciencia del universo. Este pueblo no traz贸 un solo car谩cter o jerogl铆fico sin encerrar en el mismo la religi贸n, la adivinaci贸n y la medicina universal... Esta obra fue compuesta en el a帽o 1828 de la Creaci贸n, 171 a帽os despu茅s del Diluvio Universal, o sea, escrita hace 3.953 a帽os. Esta obra es el fruto de la colaboraci贸n de diecisiete magos entre los cuales el segundo es descendiente de Mercurio-Athotis, nieto de Cam y bisnieto de No茅. Este Tri-Mercurio, o tercer descendiente, decret贸 que el «Libro de Thot» era la expresi贸n de la ciencia y del saber de sus antepasados.»
Tras leer estas l铆neas, hallamos perfectamente comprensible que Eliphas Levi a veces se muestre muy severo y otras veces bastante comprensivo al referirse a Etteilla, como en el cap铆tulo XXI del Dogma, en que dice:
«Alliette, de peluquero que era, se convirti贸 en cabalista despu茅s de haber pasado treinta a帽os meditando sobre el Tarot; Alliette, que cabal铆sticamente se llam贸 Etteilla al leer su nombre tal y como se lee en la escritura sagrada hebrea (de derecha a izquierda en lugar de izquierda a derecha), estuvo a punto de encontrar cuanto hab铆a de oculto en este extra帽o libro; pero al separar las claves del Tarot sin haberlas comprendido bien, invirti贸 el orden y el car谩cter de las figuras, sin destruir completamente sus analog铆as.
»Los escritos de Etteilla, que ya son muy raros, resultan fatigosos y oscuros. No todos ellos fueron impresos, y los manuscritos de este padre de los cartom谩nticos modernos todav铆a permanecen en manos de un librero de Par铆s que tuvo la bondad de ense帽谩rmelos. Lo m谩s notable que puede verse en ellos es la pertinacia, la incontestable buena fe del autor, que presinti贸 durante toda su vida la grandeza de las ciencias ocultas y que hubo de morir a la puerta del Santuario sin poder entrar en El, sin poder descorrer su velo.
«Apreciaba poco a Agrippa y hac铆a mucho caso de Juan Belot, y no conoc铆a nada de la filosof铆a oculta de Paracelso; pero en cambio pose铆a una intuici贸n muy ejercida, una voluntad muy perseverante y m谩s fantas铆a que juicio, lo que si bien no es suficiente para hacer de 茅l un mago, era m谩s de lo que precisaba para hacer de 茅l un adivino vulgar muy h谩bil y, por consiguiente, muy acreditado.»
Pero m谩s adelante, en el cap铆tulo XX del Ritual se muestra mucho m谩s duro diciendo textualmente:
«Etteilla o Alliette, preocupado 煤nicamente de su sistema de adivinaci贸n y del provecho material que de 茅l pod铆a sacar; Alliette -repetimos- el antiguo peluquero, que jam谩s aprendi贸 bien el franc茅s y la ortograf铆a, pretendi贸 reformar y apropiarse de este modo el «Libro de Thot». Sobre el Tarot que hizo grabar y que se ha hecho extraordinariamente raro, se lee en la carta veintiocho (el ocho de Bastos) este ingenioso reclamo: "Etteilla, profesor de 谩lgebra, renovador de la cartomancia y redactor (sic) de las modernas incorrecciones del antiguo «Libro de Thot», vive en la calle de Oseille n煤mero 48, en Par铆s".
«Etteilla hubiera procedido mejor no redactando las incorrecciones de que habla; sus trabajos han hecho caer al antiguo libro descubierto por Court de Gebelin en la magia vulgar, entre las echadoras de car¬tas. Un axioma l贸gico dice que quien quiere probar mucho no prueba nada, y Etteilla es un ejemplo de ello; y sin embargo, sus esfuerzos le hab铆an llevado a un cierto conocimiento de la cabala, como puede verse en algunos raros pasajes de sus ilegibles obras.»
Ciertamente, el juicio de Eliphas Levi es muy duro, pero comprensible en quien consideraba el Tarot un libro sagrado que no deb铆a profanarse us谩ndolo con fines profanos y utilitarios, como la cartomancia. Como veremos m谩s adelante, Levi era un apasionado, casi un fan谩tico de la cabala, y en cambio Etteilla consideraba que el Tarot, aparte de su valor esot茅rico, era tambi茅n un instrumento de trabajo con el que ganarse la vida.
Por ello, Eliphas Levi, Papus y sus seguidores rechazan de plano la cartomancia de Etteilla, que tambi茅n tuvo los suyos (entre los que destaca Mlle. de Le Normand, que cre贸 su propio juego de cartas que ya no tiene nada que ver con el Tarot). No obstante, debemos reconocer que incluso la adivinaci贸n «ortodoxa» mediante el Tarot le debe mucho a Etteilla y a su «cartomancia vulgar», de la que ha tomado muchas ideas.
Etteilla dominaba el arte de sugestionar a la gente y tuvo la suficiente intuici贸n e inventiva para adaptar y combinar el Tarot con un sistema matem谩tico derivado de las teor铆as pitag贸ricas, con lo que desarroll贸 al m谩ximo la cartomancia, llegando a convertirse en el «Gran Adivino» y el «Sumo Cartom谩ntico» como le gustaba denominarse, estableciendo su cuartel general en el Hotel Crillon de Par铆s y consiguiendo que el n煤mero de sus seguidores y clientes llegara a superar cuan¬to pueda imaginarse.
Cre贸 varias barajas conocidas como El Tarot Egipcio, El Nuevo Etteilla y El Gran Or谩culo de las Damas, todas ellas variantes del Tarot que, a pesar de alterar su l贸gica y verdadera esencia, consiguen la finalidad de conquistar al gran p煤blico y facilitan en sumo grado la tarea del cartom谩ntico al multiplicar infinitamente las posibilidades de interpretaci贸n dando distinto significado a cada una de ellas seg煤n salga del derecho o invertida, y posibilitando una mejor nemotecnia al escribir en cada una de ellas un concepto que resume lo esencial de su significado.
Como ejemplo de cuanto llevamos dicho, adjuntamos el grabado de algunas cartas del Gran Etteilla y a continuaci贸n facilitamos una correspondencia entre sus arcanos mayores y los del Tarot de Marsella.




    GRAN ETTEILLA                                    TAROT DE MARSELLA
                                     



1          Etteilla / El consultante        No tiene equivalencia
2          Aclaraci贸n / Fuego               XVIIII El Sol 
3          Resoluci贸n / Agua                XVIII La Luna
4          Despojo / Aire                       XVII   La Estrella
5          Viaje / Tierra                         XXI    El Mundo


6          Noche / D铆a                           No tiene equivalencia
7          Apoyo / Protecci贸n                No tiene equivalencia
8          Etteilla / La Consultante       No tiene equivalencia
9          Justicia / Legislador              VIII     La Justicia
10        Templanza / Sacerdote          XIIII    La Templanza
11        Fuerza / Soberano                   XI       La Fuerza
12        Prudencia / El pueblo             XII      El Ahorcado
13        Matrimonio / Uni贸n               VI        El Enamorado
14        Fuerza mayor                         XV      El Diablo
15        Enfermedad                             I         El Mago
16        Juicio                                     XX       El Juicio
17        Mortalidad / La nada            XIII      La Muerte
18        Traidor                                  VIIII     El Ermita帽o
19        Miseria / Prisi贸n                    XVI     La Torre
20        Fortuna / Incremento             X         La Rueda de la Fortuna
21        Discordia                               VII       El Carro
22        Locura —                                           El Loco
            No tiene equivalencia                         IILa Papisa
            No tiene equivalencia                         III       La Emperatriz
            No tiene equivalencia                        IIII       El Emperador
            No tiene equivalencia                          V       El Papa


Como puede verse, en los arcanos mayores de Etteilla faltan El Papa y La Papisa, El Emperador y la Emperatriz. De los dos primeros suponemos que Etteilla consider贸 m谩s prudente evitar problemas con la Iglesia, lo que anteriormente ya se hab铆a hecho m谩s de una vez al substituirlos por deidades mitol贸gicas, como Juno, J煤piter o Baco; en cuanto a los segundos, quiz谩s pens贸 que ya era suficiente con los cuatro Reyes y las cuatro Reinas de los arcanos menores. Tambi茅n puede verse que el orden num茅rico ha sido totalmente alterado y que aparecen por primera vez atribuciones astrol贸gicas, aun cuando sea de un modo totalmente arbitrario y la mayor铆a de las veces no guarde la me¬nor relaci贸n con el significado de la carta.

ELIPHAS LEVI       

Alphonse Louis Constant naci贸 en Par铆s el 8 de febrero de 1810. Hijo de un pobre zapatero, recibi贸 una ense帽anza religiosa, primero en el peque帽o seminario de Saint-Nicolas-du-Chardonnet y posteriormente en el de Saint-Sulpice.
En el primero su educaci贸n fue muy positiva bajo la direcci贸n del abate Fr猫re, autor de un estudio sobre el magnetismo animal, que supo orientar al joven Constant hacia un catolicismo renovador y m铆stico, por no decir liberal, y en cierto punto orientado hacia la magia, lo que marcar铆a para siempre a su disc铆pulo; en cambio, Saint-Sulpice, con sus r铆gidos reglamentos, moral hip贸crita y ruda disciplina, hizo vacilar sus convicciones cat贸licas, llev谩ndolo a refugiarse en la poes铆a.
No obstante, dotado de un notable talento natural no tard贸 en tomar las 贸rdenes menores y alcanzar el diaconado; pero en 1836 fue expulsado del seminario por motivos que nunca han sido claramente dilucidados, pues si bien se dice que fue a causa de su inter茅s por el ocultismo o de sus relaciones con Ad茅le Allenbach, lo m谩s probable es que fuera por sus ideas liberales, pues apenas abandonado el seminario empez贸 a exponerlas p煤blicamente.
A consecuencia de ello, la posici贸n social de Constant resultaba sumamente particular, pues a pesar de no haberse ordenado sacerdote segu铆a siendo «el abate Constant» y deb铆a seguir vistiendo la sotana, con lo cual el esc谩ndalo estall贸 apenas public贸 su Biblia de la Libertad, un panfleto incendiario dirigido contra la Iglesia, el Estado y el orden social. El panfleto fue secuestrado de inmediato, y Constant procesado y encarcelado.
Tras un par茅ntesis de unos a帽os turbulentos en los que se relaciona con todo el mundo art铆stico, bohemio y liberal, a los treinta y seis a帽os se casa con la adolescente No茅mie Cadiot (de la que se separar谩 en 1847) y pasa definitivamente a la vida laica, lo que el mismo define diciendo: «El abate Constant ha muerto, ten茅is ante vosotros a un laico: Alphonse Constant, dibujante, pintor, hombre de letras, pobre y amigo de los pobres». Toma parte activa en la revoluci贸n de 1848 y luego colabora en la gigantesca empresa de redactar el Diccionario de la Literatura Cristiana, en el que trabaja hasta 1851
Es en esta 茅poca cuando se familiariza con las teor铆as de Wronski, el matem谩tico investigador de lo absoluto, lo que le lleva a iniciarse en los arcanos de la dial茅ctica esot茅rica. Es ahora cuando decide adoptar el nombre de Eliphas Levi (traducci贸n al hebreo de su verdadero nombre), con el que en adelante firmar谩 todos sus escritos ocultistas.
En 1854 inicia la publicaci贸n de su Dogma y Ritual de Alta Magia, que prosigue hasta 1856, primero editado en fasc铆culos y posteriormente, en 1861, en un solo libro. En esta obra, Levi nos aclara su pensamiento sobre el Tarot -que como ya hemos dicho se aparta totalmente del de Etteilla- retomando la corriente cabal铆stica de la m铆stica de los n煤meros e introduciendo sus claves en el Tarot, con las que intenta hacernos comprender que los arcanos mayores poseen un significado mucho m谩s profundo de lo que se cre铆a; as铆 por ejemplo, al Ahorcado le devuelve su verdadera posici贸n cabeza abajo y lo define:
«Ejemplo, ense帽anza, lecci贸n p煤blica.
»Un hombre colgado por un pie y cuyas manos est谩n atadas a la espalda de modo que su cuerpo forme un tri谩ngulo con la punta hacia abajo, y sus piernas una cruz por encima del tri谩ngulo. La potencia tiene la forma de una t谩u hebrea; cada uno de los dos 谩rboles que la sostienen tienen seis ramas cortadas. En otra parte ya hemos explicado este s铆mbolo del sacrificio y la obra realizada; por lo tanto, no volveremos a repetirlo aqu铆.»
Sus ilustraciones se centran en El Diablo, al que convierte en el macho cabr铆o del Sabbat o Bafomet del Templo, con todos sus atributos pante铆stas, y en El Carro, convertido en el carro de Hermes.

Pero su clave principal consiste en la atribuci贸n de cada una de las letras del alfabeto hebreo a cada uno de los arcanos mayores del Tarot, y en la distribuci贸n de las letras de la palabra TARO, que dice tomada de La Llave de las Cosas Ocultas, de Guillermo Postel.
En esta forma tanto puede leerse ROTA, que es el nombre de la Rueda de Ezequiel, como TARO, sin贸nimo del 脕zoe de los fil贸sofos herm茅ticos; es una palabra que manifiesta cabal铆sticamente lo absoluto dogm谩tico natural y est谩 formada con caracteres del monograma de Cristo, seg煤n los griegos y los hebreos.
La R latina (P griega) se encuentra en medio, entre la A (alfa) y la O (omega) del Apocalipsis; luego, la T [t谩u sagrada), imagen de la cruz, encierra la palabra.
Levi tambi茅n se dio cuenta de que en el 脕rbol de la Vida cabal铆stico existen veintid贸s senderos que unen entre s铆 a los diez sefirot. De este modo, al existir veintid贸s arcanos mayores, veintid贸s letras hebreas y veintid贸s senderos en el 谩rbol, todos estos elementos pueden acoplarse entre s铆, y a cada arcano mayor del Tarot le corresponder谩 una letra hebrea y un sendero sefir贸tico. De aqu铆 que, al escribir su Dogma y Ritual de Alta Magia, tambi茅n lo divida en veintid贸s cap铆tulos, a cada uno de los cuales otorga una letra hebrea como complemento a su numeraci贸n.
En la obra mencionada, Levi concluye su pensamiento con estas palabras a modo de resumen:
«El Tarot, este libro milagroso, inspirador de todos los libros sagrados de los pueblos antiguos, es el instrumento m谩s perfecto de adivinaci贸n a causa de la precisi贸n anal贸gica de sus n煤meros y figuras.
«Efectivamente, los or谩culos de este libro siempre son rigurosamente verdaderos, por lo menos en un sentido, e incluso cuando no predice nada, siempre revela cosas ocultas y ofrece a los consultantes los m谩s sabios consejos.»
Puede decirse que con sus teor铆as Levi fija definitivamente las bases sobre las que los dem谩s -especialmente Papus- desarrollar谩n la interpretaci贸n del Tarot, tanto esot茅rica como adivinatoria.

La 煤ltima parte de la vida de Eliphas Levi, que es la que propiamente puede considerarse como la de un mago, carece de inter茅s desde el punto de vista del Tarot, por lo que nos limitaremos a recordar que falleci贸 el 31 de mayo de 1875, olvidado del gran p煤blico, la prensa y los medios intelectuales de Par铆s.


LOS CONTINUADORES


PIERRE CHRISTIAN

Las ense帽anzas de Eliphas Levi no tardaron en ser recogidas por su amigo y disc铆pulo Pierre Christian (en realidad se llamaba J. Pitois), que en su libro El Hombre Rojo de las Tuller铆as publicado en 1863 retoma el origen egipcio propugnado por Court de Gebelin y nos expone una interpretaci贸n muy erudita del Tarot que merece ser tenida en cuenta por quienes deseen profundizar en el tema.
Pero en su Historia de la Magia y del Mundo Sobrenatural llega al extremo de hacernos asistir a una ceremonia inici谩tica de los Misterios de Osiris, en la que afirma la existencia de veintid贸s paneles decorados con pinturas jerogl铆ficas resumiendo la doctrina sagrada de los hierofantes que, seg煤n 茅l, eran los prototipos del Tarot.
Gran parte de esta exposici贸n merecer铆a figurar en una antolog铆a del disparate o tomarse como una novela de aventuras, lo que es perfectamente comprensible si tenemos en cuenta que Christian devora y copia -sin digerir- cuanto cae en sus manos sobre magia y hechos so¬brenaturales e incluso, para redondear las cosas, a帽ade m谩s barbaridades de su propia cosecha, con lo cual su obra resulta m谩s divertida que 煤til para quien no sepa discernir lo que puede ser verdad de lo que no es m谩s que pura fantas铆a.

ELY STAR

Tambi茅n Ely Star en su libro Los Misterios del Hor贸scopo editado en 1888 nos incluye los grabados de Court de Gebelin, a los que a帽ade las interpretaciones de P. Christian copiadas casi literalmente, por lo cual podemos prescindir por completo de este autor en nuestro estudio.

PAPUS

Pero la fecunda semilla sembrada por Eliphas Levi no germinar铆a ni se desarrollar铆a con esplendor hasta que Papus, Stanislas de Guaita y Chaboseau hicieran revivir la Iniciaci贸n Martinista de Martines de Pascually y Louis Claude de Saint-Martin, impulsando as铆 el gran renacimiento ocultista de 1885.
Es Papus quien inicia la serie de obras maestras de este fecundo per铆odo del ocultismo moderno; en 1889 nos dona su magistral Tarot de los Bohemios que contiene y desarrolla lo que 茅l considera las verdaderas claves del Tarot. Aun cuando en 1909 publique El Tarot Adivinatorio en el que aplica el Tarot a la cartomancia erudita, en nuestra opini贸n basta y sobra con su primer libro para penetrar en los secretos y fundamentos del Tarot, y ning煤n otro de cuantos se han publicado posteriormente llegar谩 a superar en m茅ritos a dicha obra.
En realidad, «Papus» es el seud贸nimo bajo el que se oculta el doctor Gerard-Anaclet-Vicent Encause, nacido en La Coru帽a el 13 de julio de 1865 de padre franc茅s -el qu铆mico Louis Encause- y de madre espa帽ola (de Valladolid). Cuando Gerard apenas contaba cuatro a帽os la familia Encause se traslad贸 a Par铆s, en cuya Facultad de Medicina iniciar铆a posteriormente sus estudios consiguiendo doctorarse en 1894. No obstante ser considerado un excelente m茅dico externo, abandon贸 la preparaci贸n del internado para consagrarse al estudio del ocultismo, al que llegar铆a a dedicar unas doscientas sesenta obras, todas ellas firmadas con el nombre de Papus (que significa «el m茅dico de la hora primera» seg煤n el Nuctamer贸n de Apolonio de Tyana).
Dotado de una actividad prodigiosa y de un entusiasmo inquebrantable, lleg贸 a ser considerado «el Balzac del ocultismo», lo que no es exagerado si se tiene en cuenta que adem谩s de su voluminosa bibliograf铆a todav铆a tuvo tiempo para fundar dos revistas, La Iniciaci贸n y El Velo de Isis, un Grupo Independiente de Estudios Esot茅ricos y una Facultad de Ciencias Herm茅ticas. Tambi茅n fue reorganizador y presidente del Supremo Consejo de la Orden Martinista; miembro y luego presidente de la Orden Cabal铆stica de la Rosacruz; presidente de la So¬ciedad Magn茅tica de Francia; y aparte de todo esto, todav铆a le qued贸 tiempo para visitar la India, Palestina y varios pa铆ses europeos.
En El Tarot de los Bohemios, Papus utiliza los grabados de Oswald Wirth dibujados y publicados en 1889 bajo el t铆tulo de El Tarot Cabal铆stico, del que se realiz贸 una tirada limitada a 350 ejemplares. Sus comentarios se basan en las indicaciones de Eliphas Levi, que desarroll贸 con tal amplitud en el aspecto cabal铆stico y numerol贸gico, que es imposible resumirlo en unas pocas l铆neas, haciendo imprescindible el estudio de dicha obra.
En El Tarot Adivinatorio, aparte de la aplicaci贸n del Tarot a la cartomancia erudita, a帽ade setenta nuevas l谩minas fuera de texto dibujadas por Gabriel Goudinat, en las que los arcanos mayores se ven claramente influenciados por los dibujos de Falconnier, y los arcanos menores por los de Etteilla.
Dejando aparte su vida aventurera y apasionante que nos apartar铆a de los l铆mites de este trabajo, finalizaremos con Papus diciendo que al iniciarse la primera guerra mundial parti贸 al frente como cirujano mayor del ej茅rcito franc茅s, dedic谩ndose con tal empe帽o a su humanitaria labor que, agotado y destruido pr谩cticamente en lo f铆sico, tuvo que ser evacuado a la retaguardia donde fue hospitalizado para reintegrarle a la vida civil. Pero ya era demasiado tarde; el 25 de octubre de 1916, al realizar una visita al hospital, cay贸 al suelo en el mismo umbral fulminado por una grave enfermedad pulmonar y falleciendo all铆 mismo.













STANISLAS DE GUAITA

Stanislas de Guaita es un hombre totalmente distinto de Papus; mucho m谩s erudito e intuitivo, pero menos inteligente, apasionado y fantasioso, en sus obras no se percibe la profundidad del Adepto; as铆 y todo debemos reconocer que su calidad literaria es infinitamente superior a la de Papus. Como muy bien dice Van Rijnberk:
«Su Serpiente del G茅nesis se halla totalmente estructurada sobre el Tarot. Cada uno de sus cap铆tulos se corresponde con una l谩mina del mismo. Pero el lazo que liga el texto con el arcano que quiere esclarecer suele ser excesivamente arbitrario.
«Estudiando El Templo de Sat谩n y La Clave de la Magia Negra se aprenden multitud de nociones hist贸ricas de primera magnitud expuestas de un modo insuperable. Leyendo estos magn铆ficos vol煤menes se goza de un profundo placer intelectual, pero se aprende muy poco sobre la verdadera significaci贸n esot茅rica de los arcanos mayores del Tarot.»
Por aquel tiempo, muchos otros autores siguieron el mismo camino; para limitarnos a citar un par de ejemplos, diremos que en 1893 Gilkin condensa en sus Estancias Doradas, y en delicados versos, el sentido esot茅rico tradicional de los arcanos mayores. Luego, en 1896, Falconnier intenta una reconstrucci贸n del Tarot al estilo egipcio antiguo, que luego ha sido plagiada repetidas veces por otros autores. Pero ninguno de ellos aporta nada realmente valioso a lo ya dicho con anterioridad hasta que llegamos a Oswald Wirth.



OSWALD WIRTH

Nacido el 5 de agosto de 1860 en Brienz (Suiza), Wirth desempe帽贸 multitud de profesiones y empleos: contable en Londres, magnetizador en Par铆s, funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores, archivero adjunto del Quai d'Orsay, etc. Pero ante todo, y a partir de 1884, fue un prol铆fico escritor de temas ocultistas al ingresar en una logia del Gran Oriente.
Fue en la Gran Logia Simb贸lica Escocesa de Par铆s donde hall贸 el ambiente id贸neo a sus cualidades; en ella escala todos los grados del Rito Escoc茅s Antiguo con gran rapidez hasta alcanzar el 33 y llegar a formar parte del Consejo Supremo de Francia.
A principios de 1887 conoce a Stanislas de Guaita -y, con 茅l, los objetivos e ideales de la Orden Cabal铆stica de la Rosacruz-, y lo que es m谩s importante, primero se convierte en secretario y luego en colaborador de Guaita. Como 茅l mismo reconoce, adem谩s de tener a su disposici贸n la magn铆fica biblioteca de 茅ste, hall贸 en 茅l a un maestro en cabala y alta metaf铆sica, as铆 como en el dominio de la escritura, pues fue Guaita quien perfeccion贸 y puli贸 cuidadosamente su estilo literario.
El primer trabajo encargado por Stanislas de Guaita al enterarse de que era un excelente dibujante fue el de restituir a los arcanos mayores su pureza primigenia, para lo cual le facilit贸 dos ejemplares de Tarot, uno italiano y otro franc茅s, as铆 como el Dogma y Ritual de Alta Magia, de Eliphas Levi, y, por si fuera poco, fue supervisando su trabajo y aconsej谩ndole cuando lo consideraba preciso.
Fruto de esta colaboraci贸n fue Los 22 Arcanos del Tarot dibujados para uso de los iniciados seg煤n las indicaciones de Stanislas de Guaita, que vio la luz en 1889 y del que s贸lo se tiraron 350 ejemplares. Fue de este Tarot Cabal铆stico de Wirth del que se sirvi贸 Papus para su Tarot de los Bohemios, como ya dijimos anteriormente.
Pero considerando que su trabajo todav铆a era incompleto, se puso a estudiar el simbolismo de los colores de acuerdo con el esp铆ritu medieval, y de aqu铆 a interesarse por la alquimia y el hermetismo s贸lo exist铆a un paso que no tard贸 en dar, dedic谩ndose a profundizar en dichas materias.
El resultado de todos estos estudios se concret贸 en 1937 con la publicaci贸n de El Tarot de los Imagineros de la Edad Media, en el que el Tarot ya aparece coloreado, aun cuando en sus reediciones de 1966 y 1984 lo haya sido con unos colores metalizados que hubieran proporcionado un disgusto de muerte al propio Wirth si no hubiera fallecido el 3 de marzo de 1943.
Su estudio te贸rico sobre el Tarot es muy completo y su importancia reside, entre otras cosas, en su objetividad, pues a pesar de que sus dibujos sigan pareciendo egipcios, ya no defiende que tuviera su origen en Egipto, sino que admite que su antig眉edad no puede remontarse m谩s all谩 de la Edad Media. Su opini贸n sobre el origen del Tarot la expresa claramente cuando dice:
«Las ideas no tienen edad: son tan antiguas como el pensamiento humano, pero han sido expresadas en distinta forma seg煤n las 茅pocas. Los sistemas filos贸ficos alejandrinos lo hicieron verbalmente, mientras que el Tarot las traduce posteriormente mediante s铆mbolos. Si no en el fondo, por lo menos en la forma, el Tarot se afirma como un original incontestable que no reproduce en absoluto ning煤n modelo preexistente.»
Y tambi茅n afirma:
«La arqueolog铆a no ha descubierto la menor traza de lo que pudieran constituir vestigios de un Tarot egipcio, gn贸stico o incluso greco-谩rabe.»
En su estudio sobre los arcanos nos proporciona la interpretaci贸n simb贸lica y adivinatoria de cada una de las l谩minas y, por 煤ltimo, a帽ade su m茅todo de adivinaci贸n. En cuanto a las l谩minas, podemos observar modificaciones en relaci贸n con el Tarot de Marsella y el de Court de Gebelin; as铆 por ejemplo, al Ahorcado, que Court dibuj贸 de pie, Wirth le devuelve su posici贸n invertida colgado del tobillo, y en casi todas las l谩minas hallamos peque帽as diferencias, ya sea en el dibujo o en el color. Sin embargo, en lo esencial reflejan con fidelidad el sentido esot茅rico tradicional.
Quiz谩s un buen resumen de sus ideas lo hallamos en un op煤sculo de 50 p谩ginas que public贸 en 1931: Introducci贸n al estudio del Tarot, en el que nos dice:
«Henos aqu铆 en presencia del Tarot, libro intencionalmente mudo, documento inici谩tico excepcional. Sepamos aprovechar esta obra maestra de la Edad Media, tan digna de admiraci贸n como las catedrales de la alquimia filos贸fica. Sabios desconocidos nos han legado el tesoro de su sabidur铆a misteriosa y, fieles a la m谩xima: "No inculquemos nada, demos de qu茅 reflexionar", nos han invitado a iniciarnos. ¿Iniciarnos en qu茅? ¿En los secretos de la magia de los taumaturgos de todos los tiempos? S铆, pero accesoriamente, como consecuencia del desarrollo de un poder adivinatorio de ilimitadas aplicaciones. En realidad se trata de revelaciones tan serias como las de todos los ocultismos. Lo que se halla en juego es el Arte de Pensar, que es el Arte por excelencia, el Gran Arte, llamado con justicia el Arte Real, ya que su objetivo es el de formar Reyes.»
Ni que decir tiene que sus teor铆as hallaron un gran eco en las 贸rdenes mas贸nicas, martinistas, rosacruces y dem谩s, as铆 como entre los simpatizantes del esoterismo; para citar un ejemplo, diremos que el mismo Louis-Claude de Saint-Martin construy贸 su obra de acuerdo con la numerolog铆a del Tarot.






LA GOLDEN DAWN

En 1887, Liddell Mathers publica La Cabala Desvelada, y poco despu茅s, junto con William Woodman y Wynn Wescott, tambi茅n eminentes cabalistas y masones, funda una escuela esot茅rica que recibe el nombre de Sociedad Rosacruciana in Anglia, que no tarda en convertirse en la Orden de la Golden Dawn (Orden del Alba Dorada). Es en esta 茅poca cuando Liddell Mathers, dej谩ndose llevar por la influencia del movimiento c茅ltico, muy popular en los medios masones y rosacruces de Inglaterra, se decide a cambiar su nombre, primero por MacGregor Mathers, y posteriormente por MacGregor a secas.
Habiendo estudiado el Tarot y siendo consciente de su importancia, en 1888 publica El Tarot, su significado oculto, y encarga a Robert Wang los dibujos de un mazo para la Golden Dawn bajo la supervisi贸n de Israel Regardie. En este Tarot se invierte la posici贸n de los arcanos La Fuerza y La Justicia, y se coloca El Loco delante de El Mago, por considerar que al no hallarse numerado le corresponde l贸gicamente el n煤mero cero y debe ser la primera carta.
Pero MacGregor era un hombre autoritario en exceso, siendo por ello mal aceptado por muchos de los adeptos a la Golden Dawn, lo que motiv贸 que, al trasladarse a Par铆s en 1891 dejando a Florence Farr al frente de la orden, los disconformes con su modo de actuar ini¬ciasen una rebeli贸n. En 1898 y tras una serie de acontecimientos m谩s o menos desfavorables, MacGregor busca el apoyo de un joven que dec铆a ser la reencarnaci贸n de Eliphas Levi: Edward Alexander (que tambi茅n cambiar铆a su nombre para convertirse en Aleister Crowley), y que en lugar de ayudarle como esperaba, lo que hizo fue colaborar en la destrucci贸n de la Golden Dawn para fundar luego su propia sociedad, la Astrum Argenteum.
Crowley tambi茅n hace dibujar su propio Tarot, impregnado de erotismo y fantas铆a, encarg谩ndoselo a Lady Frieda Harris. No obstante y a nuestro entender, tanto el Tarot de MacGregor como el de Crowley no poseen otro valor que el puramente anecd贸tico, aparte de ser el exponente de la poderosa personalidad y megaloman铆a de sus famosos inspiradores.


ARTHUR EDWARD WAITE

Un caso aparte lo constituye el famoso Tarot Rider, dibujado por Pamela Colman Smith bajo la direcci贸n de Waite e impreso en Londres en 1910.Waite fue un verdadero estudioso del ocultismo y del Tarot, sobre cuyos temas public贸 numerosas obras; tambi茅n pertenec铆a a la Golden Dawn, pero a nuestro entender fue uno de los escasos miembros realmente cuerdos de dicha sociedad. Retomando el parecer de Court de Gebelin, Levi, Papus y Wirth, opina que el Tarot es puro simbolismo.
«Las cartas del Tarot -nos dice Waite- representan los valores simb贸licos universales bajo los que se ocultan los valores inexpresables de la mente humana. Las doctrinas secretas que contienen no son sino la consecuci贸n por unos pocos de las verdades inherentes a la conciencia colectiva que no todo el mundo es capaz de percibir. Mi tesis es que estas doctrinas han existido siempre, o sea, que han sido elaboradas por la conciencia de una selecta minor铆a y luego transmitidas y transcritas secretamente en misteriosos textos, como los de la alquimia y la cabala. Toda doctrina secreta viene avalada por la pr谩ctica y la expe¬riencia correspondientes.»
Waite, adem谩s de colocar tambi茅n El Loco antes que El Mago e invertir la colocaci贸n de La Fuerza y La Justicia, otorga a los arcanos menores una figura simb贸lica relacionada con el significado que les atribuye. As铆 por ejemplo, el diez de Espadas lleva una figura humana tendida en el suelo y atravesada por las diez espadas. Por 煤ltimo, tam¬bi茅n elimina la letra hebrea que los autores anteriores atribu铆an a cada arcano.
Debe reconocerse que a pesar de la diferencia de sus dibujos con los tradicionales y de la inversi贸n de lugar entre los arcanos citados, tal vez a consecuencia de la influencia de la Golden Dawn, este Tarot conserva todo su simbolismo y valor; quiz谩s sea por esto, aparte del tradicional chauvinismo anglosaj贸n, que es el m谩s usado en los pa铆ses de dicha lengua e incluso actualmente se est谩 introduciendo con fuerza en la Europa latina.


LOS AUTORES CONTEMPOR脕NEOS

En 1947 aparece una obra muy documentada: El Tarot, en la que G茅rard van Rijnberk se dedica a analizar minuciosamente tanto el simbolismo como el origen hist贸rico de los dibujos en un intento de datar con seguridad la primera aparici贸n del Tarot, o lo que es lo mismo, cu谩ndo fue creado. Sus conclusiones reafirman las de O. Wirth, y debemos reconocer que se trata de una obra muy seria y minuciosa que no deber铆a faltar en la biblioteca de los amantes del Tarot.
Poco m谩s tarde, en 1949, Paul Marteau, el heredero de Baptiste-Paul Grimaud y gran coleccionista de Tarots adem谩s de dirigir la f谩brica de barajas Grimaud de Par铆s hasta 1963, publica su obra El Tarot de Marsella, tambi茅n con un minucioso estudio sobre el simbolismo del Tarot, tanto en sus dibujos como en sus colores. En resumen, otra obra que no deber铆a faltar en nuestras bibliotecas.
Y por 煤ltimo, a帽adiremos que Stuart R. Kaplan, otro gran estudioso y coleccionista de Tarots, as铆 como de obras relacionadas con los mismos, ha publicado numerosos trabajos, entre los que cabe destacar El Tarot Cl谩sico (1972) y La Gran Enciclopedia del Tarot (1978-1986), obra esta 煤ltima que, adem谩s de extenderse en el estudio del Tarot y de la familia Visconti-Sforza, es un verdadero cat谩logo destinado a los coleccionistas.


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1 Comentarios

yo ha dicho que…
Hola. Llegu茅 aqu铆 desde http://tarot-cartas.com

Un saludo